La Ley del Espejo nos cuenta que el mundo exterior y nuestras relaciones con los demás, reflejan las luces y sombras de nuestro mundo interior. Estos reflejos en los diferentes espejos, nos ayudan a conocernos,
curarnos y crecer.
"La única relación verdadera que vamos a vivir a lo largo de nuestra vida es la relación que mantengamos con nosotros mismos.
Las otras relaciones son un juego de espejos y proyecciones”
Jiddu Krishnamurti
“Nuestros enemigos no son las personas que nos odian.
Nuestros enemigos son las personas que nosotros odiamos”
Anthony de Mello
Según la Ley del Espejo, nos proyectamos de 4 formas distintas:
El Reflejo del Yo, el otro proyecta mi reflejo y cuando lo veo desde aquí, no
resulta tan atractivo. Eso que veo me molesta en el otro y en mí mismo. Siento un rechazo al otro y a lo que me refleja. Cuando lo veo, puedo escoger aceptarlo en mí y perdonarme. Aprender de mí y conocerme. Cambiar lo que no me gusta ver en mi.
El Reflejo de mi Opuesto, representa la dualidad, la rigidez, la negación. Lo que me molesta en el otro es algo que estoy negando en mí. Tal vez lo hago por protegerme o por miedo a las consecuencias. Puedo escoger aprender y aceptar que soy un poco de todo, perdonarme y vivir en equilibrio. Soltar la necesidad de vivir en los extremos, soltar el control.
El Reflejo del yo Oculto, es cuando mi reflejo me muestra algo que he
tratado de esconder de mí mismo. La sombra que no admito en mí. Algo que hago a los otros sin saberlo. Cuando veo mi yo reflejado en mi sombra, puedo iluminar mi sombra, verla en la luz para aceptarme y cambiar. Cuando hay luz, la sombra se desvanece.
El Reflejo de la Idealización
Es cuando el espejo refleja al yo idealizado, o a una imagen irreal y romántica del otro. Generalmente ésta imagen no se puede mantener por mucho tiempo y cuando se desvanece nos sentimos traicionados y engañados, pero era solo el yo que se engañaba a sí mismo, tratando de ver un reflejo y no la realidad. Cuando aceptamos nuestras luces y sombras, y las amamos, podemos hacer lo mismo con las de los demás.
El espejo nos devuelve reflejos mas reales, podemos dejar a un lado el querer idealizar a los otros y verlos como los seres humanos que son, perfectamente imperfectos, igual que el yo.
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