La esmeralda que brilla en nuestro pecho recibiendo y enviando amor universal está representada por Ishvara, Kakini y Vagú.
La flor de loto de 12 pétalos, representa al cuarto chakra, el amor incondicional, en el centro del pecho, su elemento es el aire y su glándula el timo. Perdonarnos a nosotros mismos, nuestro presente y nuestro pasado, hace que este chakra Anahata fluya libremente y reciba la energía del cielo y de la tierra, del padre y de la madre, y la pueda circular por todo el cuerpo. Es el asiento del alma o del ser superior, su color el verde por delate y rosado por detrás.
Su yantra, representación gráfica de la vibración, es una la flor de 12 pétalos, con luz y aire en su interior. El antílope ilustra estos elementos por su velocidad y ligereza. Su mantra (representación sonora de su vibración) Yam, nos conecta con el alma. Dos triángulos formando una estrella de seis puntas representan el balance y la armonía.
Ishvara simboliza la energía masculina del dios Shiva, absorbe las pasiones y nos ayuda a remover la separación entre nosotros y el mundo, ésta deidad tiene tres ojos y su mudra (posición de las manos) nos ayuda a disipar miedos y recibir bendiciones. Una de sus mayores bendiciones es ayudarnos en la concentración para tomar consciencia que nuestra alma es eterna, como la chispa de la creación. Ishvara abre los delicados pétalos del corazón y nos guía desde la confusión a la liberación.
Vayú, dios del viento y del aire, cabalga ruidosamente sobre el antílope negro que hala la carroza del sol y la luna a través del cielo. El dios que purifica, nos da aliento de vida, impulsa la respiración. Es el más grande de los dioses que controlan las funciones corporales, pues sin él nada más puede funcionar.
Kakini representa el aspecto femenino, la belleza y devoción. Sincroniza los latidos de nuestro corazón con los del cosmos. En una de sus 4 manos tiene un lazo para recordarnos no quedar atorados en expectativas espirituales. En su otra mano la calavera nos recuerda mantener la pureza de la mente. Con las otras dos manos hace el mismo mudra que Ishvara. Esta feliz porque ha tomado Amrita (néctar de la luna), el precioso néctar que reside en el chakra Soma; un chakra menor dentro del séptimo chakra.
Kakini nos enseña a renunciar a nuestros roles, a la ignorancia y al mundo, para agradecer y bailar el baile sagrado de la vida.
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